Masa de pizza sin amasado
Descubrir esta receta de masa de pizza sin amasado supuso un antes y un después, con lo mucho que me gustan las pizzas 😀 Es muy sencilla de preparar, apenas tienes que amasar, el levado se hace en la nevera lentamente y aguanta bien hasta 10 días en la nevera. Está genial porque con esta cantidad salen 3 pizzas 😉 La receta me la pasó Myriam (gran descubrimiento, ¡gracias!), es de Ibán Yarza, y en cuanto pude me compré su libro, ‘Pan casero’, del cual he sacado otras recetas que mmmmm… No defraudan 🙂
¿Quieres saber cómo preparar esta masa de pizza sin amasado para poder disfrutarla tú también? Pues toma nota de los ingredientes y ponte manos a la obra, requiere poco trabajo y el resultado es de diez 🙂
Ingredientes para preparar la receta de masa de pizza sin amasado (3 pizzas)
- 525 gr de harina de fuerza
- 340 gr de agua
- 20 gr de AOVE
- 11 gr de sal
- 1,5 gr de levadura de panadería (5 gr si es fresca)
- Semolina
Cómo preparar la receta de masa de pizza sin amasado
Si utilizamos levadura fresca, la disolvemos en el agua. Añadimos el resto de ingredientes y los mezclamos bien. La masa quedará algo pegajosa. Dejamos reposar unos quince minutos, pasamos la masa a la mesa y la plegamos sobre sí misma, amasando un poco, y la dejamos reposar otros 5 minutos. Dividimos la masa en tres porciones (saldrán de unos 300 gr aproximadamente). Para amasar utilizo un tapete para horno de Fiberglass (puedes verlo aquí), que me tiene encantada.
En tres bolsas de congelación (o tres botes herméticos) ponemos un poco de AOVE, lo extendemos bien y metemos en ellos las porciones de pizza. Cerramos y metemos a la nevera. Tenemos que tener en cuenta que la masa subirá un poco, por lo que los recipientes han de tener espacio para dejar a la masa crecer.
El sabor mejorará conforme vayan pasando los días. Recomiendo consumirla a partir del segundo día. Esta vez la probé al primer, al segundo y al quinto día, y el quinto día estaba mucho mejor.
Cuando quieras consumirla, sácala unos 30 minutos antes de cocinarla. Verás lo fácil que es de extender. Pon harina sobre la mesa y pon la masa encima. A continuación, aplástala con las yemas de los dedos, desde la parte más cercana a ti hacia adelante, hasta que la tengas estirada. Pon sobre una bandeja para la pizza semolina, la masa extendida, y un poco más de semolina en los bordes. Suelo dejar la masa muy fina y los bordes más gorditos, y en la base pongo tomate concentrado (utilizo el de marca Hida), así no añadimos humedad a la masa, orégano y queso mozarella… Y luego el resto de ingredientes (y más queso por encima 😀 )
Calentamos el horno a 250º. Cuando esté caliente, metemos la pizza en la parte baja del horno durante 2 ó 3 minutos, y pasado este tiempo, la ponemos a media altura, hasta que veamos que la pizza está hecha.
¡¡Ya solo queda sacarla del horno y disfrutar!!